Existió
en mis días la sombra de los vicios;
La
costosa y entrometida nostalgia hecha vino,
Luego vino
y no me aviso que la que llego se me había ido.
Ya no
quedan piernas que caminen entre tanto desperdicio;
La
cosecha de los triunfos se cobra al final de este ciclo,
Yo tuve
un capricho con falda y un martillo macizo
Prudentes
deberán ser las confusas lenguas que se acercan;
Los
besos son carnaza para el perro que no miente,
Peligroso
será escuchar, lo que tú ya no me dices…
Repite más
despacio lo que quieres que entienda;
Méteme un
beso en el cráneo,
Déjame
el resfriado en los nudillos,
No te
entiendo, habla más despacio…