sábado, 2 de noviembre de 2013

Glass

Yo casi nunca despierto con  ganas de verme los pies, ni con ansias de buscar el péndulo de acero que da vueltas interminables entre imanes redondeados. Casi nunca me aparezco frotándome entre tu pierna izquierda, mi pierna favorita, la única en la que soy bien recibido.


Hoy casi recuerdo, casi me empiezo a preguntar lo que ya no le digo a nadie. ¡Nadie!, nadie, nadie… nadie.

No hay comentarios: