martes, 13 de octubre de 2015

La Gripa

 Conozco los pasos para dejarte dormitar.

En uno de estos días te encontré vistiéndote a toda prisa; Escuchando tu lista interminable de pendientes, labores y  cosas que francamente no me interesan.  Comenzaste a estornudar continuamente, aumentando poco a poco la intensidad y la frecuencia. Apareció el salpullido y los gritos vinieron en nuestro refugio acolchonado a retumbar.

Llego a mí tu frustración, tu enojo, tu desencanto, tu angustia y tus dos lágrimas me inundaron.  Todo parecía desmoronarse velozmente, con tal gracia tus dedos hacían derrumbar los muros que creía más firmes, los labios soltaron espuma y con un chasquido se segmento la luz de inocencia, que aún te quedaba.

Después de ese viento huracanado, de esa vorágine sentimental y  al secarse los segundos…  Mire hacia el espejo y mientras abría los parpados; noté como se contraían mis músculos por la tremenda paliza. Fuiste víctima de un choque brutal; Trastabillé, observe mis rodillas ensangrentadas y mis codos fragmentados… Nada fuera de lo habitual.

-Sobreviviste a la gripa, Amor
- Ojala esta vez se lleve algo más que tus ganas de regresar.

No hay comentarios: