El color de los ojos
se va prendiendo,
Las ramas de los árboles
son de gas verdoso,
Las colmenas de los
bosques se llenan de amor,
Todo el éxito del
enjambre depende de nosotros.
Y será en diciembre
cuando ella me dará su canción,
Sin importar las mil
millas que tengo que vagar,
Escupiendo el polen
que recogí con mis patas lentas,
Con las flores rojas
no debo escatimar para hacerle recitar.
A la diosa de las
cosas rotas no le gusta esperar,
No debo trastabillar
si mis rimas a ella le quiero brindar,
Volando entre prados
un raro fulgor atropella mis antenas,
Las abejas poetas y
los camiones con dieciseis ruedas…
Se volvieron a
encontrar.
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