martes, 25 de diciembre de 2012

In the dark



Los buenos momentos no se fabrican en serie, son una artesanía lentamente moldeada, redondeada apaciblemente, esperando a surgir de entre la oscuridad y con una luz brillante contradecir todas las demás cosas que se arrastran y no tienen alas.

Los buenos ratos se comparten con el corazón y se derriten como copos de nieve, nieve que nunca he tenido la oportunidad de ver más de una vez; De confundir la cabeza, se envuelven, se ponen paracaídas deseando un desastre, una coma detrás de otra, y otra.

Yo no compito contra el tiempo desde que la estrella de mi cochera enmudeció, desde que esperar es la respuesta, de que sobre el dinero y se compren un alma. ¡Cómprense un alma!, y envuélvanla en papel brillante, o en una caja de cartón que no pase de veinte pesos, obséquiensela a la noche, a la luna, al whisky, al perro tuerto que decían era su amigo.

Lo que mantiene a la humanidad viva, es el silencio de los que somos muy cobardes para robarle un mordisco de ambición al mundo; Se cuajan las oraciones al señor de las flores en los templos de cantera rosa, se someten en solsticios que ahora rezan al dios muerto.

Los espero a todos de este lado. 

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